jueves, 20 de septiembre de 2012

STUDIUM GENERALE

      Este año, en la apertura del curso universitario se conmemora por todo lo alto el octavo centenario del Studium Generale palentino, primera de las universidades peninsulares.
     A nivel general sería la de Bolonia, en cuyo proceso arrollantemente renovador, por otra parte estamos actualmente inmersos; quizá esa sea una de las causas del aumento de tasas, del recorte de profesores y medios, de la mercantilización de la institución, de la disminución de becas...
     Alegra ver cómo la letra de los Estatutos de la Universidad de Valladolid destaca la declaración de “autonomía e independencia de cualquier poder o grupo de interés”; sin embargo, esta teoría no cuadra muy bien con la dependencia que tiene ésta (como otras tantas universidades de nuestro país) de instituciones como el Banco de Santander y otras empresas que pagan la servidumbre de la universidad bajo sus intereses: Michelin, Renault… tienen aulas, cátedras y estudios específicos encaminados a formar los titulados que requieren sus empresas, a financiar las investigaciones que les llevan a los terrenos punteros, a gestionar el dinero de todos (aprovechamos aquí para recordar que no es obligatorio abrir cuenta en el Banco de Santander para ser estudiante, cosa que no dejan tan claro, ni mucho a la hora de formalizar el carnet universitario).
     Gracias, porque, según los estatutos, “la Universidad de Valladolid, como expresión de su compromiso con la sociedad, está al servicio de su progreso intelectual y material” y no al servicio de nadie más. ¡¡¡Ojalá esto fuera verdad!!
     Esperemos que esto se recuerde especialmente desde este octavo centenario y en adelante, para que la universidad deje de ser una cipaya al servicio de quien la estrangula, a ella y a una sociedad cada vez más esclavizada (material y moralmente).

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