miércoles, 4 de enero de 2017

Baltasar está en el CIE

Compartimos con vosotros este poema que nos ha llegado.


Baltasar viene en patera.
Salió pronto, tarda en llegar.
El camino es muy largo,
más duro se lo hacen pasar.
Viene en patera, pero nunca llega.
¡Faltas entre nosotros, Baltasar!
(Sin embargo, entre nosotros estás)
Pero, ¿dónde estás, Baltasar?
¿Qué será de ti, majestad?
Baltasar está en el CIE.
Apenas mira, casi no sonríe.
No trae mirra, trae su vida.
Postrado entre rejas, tan sólo reza.
Un mejor futuro es su estrella.
Su camino, siempre hacia atrás.
Detenido en un sin sentido,
recluido en su destino.
Es valiente, pero le frenan:
contra su deseo se estrella.
Camina sin lograr avanzar.
Día tras día se lo impiden.
El desierto, ¿dónde quedará?
Lejana se avista su libertad.
Le amenazan con expulsar:
Su origen será el único final.
Así, Belén es imposible.
¡Baltasar está en el CIE!
Sereno, espera los papeles.
Mientras, procura no desesperar.
Sin libertad ni camello malvive Baltasar.
En ese CIE, cual portalito.
Todo portalito en Navidad.
Niño, no le esperes más,
que no te puede ir a adorar.
Le tenemos que ir a visitar,
que de ahí no le dejan salir.
Eres Tú el que debe acudir.
¡Vete Niño, tú, que allí le encontrarás!
Vergüenza, indignidad, conciencia…
¡Cruel pasmosa humanidad!
Llora, Niño, llora, que Baltasar no quiere.
Duerme, Niño, duerme,
que Baltasar no puede.
Sueña, Niño, sueña, que Baltasar no viene.
Y Baltasar son demasiados.
Pero ninguno es Baltasar.
Baltasar no es Baltasar en realidad.
(Álber, sj)

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